En mi experiencia de un poco más de 40 años trabajando con el programa de intercambio cultural al extranjero y principalmente con el programa a Estados Unidos, el cual fue el iniciador de este tipo de programas desde la década de los años 50’s, he tenido oportunidad de haber asistido y ver grandes cambios positivos en los estudiantes que se han beneficiado.
El programa en si es una “experiencia de vida” que nos ayuda a crecer como personas, a madurar rápidamente, a ser más tolerante con las personas que interactuamos y nos ayuda a ver que hay un mundo enorme delante de nosotros que nos está esperando.
He visto que los jóvenes amplían sus horizontes de visión sobre lo que quieren hacer con su futuro y van proponiéndose nuevas metas. La mayoría inicia amistades que les duran muchos años o quizás toda la vida.
Es un programa que les ayuda a poner en práctica sus habilidades de liderazgo, a ser más creativos y ampliar sus límites. Les hace ver que su mundo de posibilidades no se limita al lugar y gente con la que han crecido y que pueden emprender nuevos planes en diferentes lugares del mundo.
Les da seguridad sobre sus decisiones que van tomando en su vida personal y profesional dándose oportunidades de emprender nuevos retos en diferentes tiempos y lugares.
Creo que un programa de intercambio cultural les cambia la vida, para empezar a ver que pueden llegar a ser ciudadanos de este hermoso mundo en el que vivimos.
Luis Dorantes
JI Program Manager
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