Hoy en día si bien enviar a los hijos a estudiar al extranjero es parte del complemento de su formación personal y profesional; también ésta experiencia ha evolucionado de tal manera que los papás tienen una necesidad más pronunciada por saber de manera precisa las actividades de su hijo (a) en el extranjero. (Lo que están haciendo, su ubicación,sus actividades);sobre todo requieren saber cómo están de forma inmediata e incluso caen en pánico si el estudiante no tiene un celular para comunicarse en menos de 24 horas de su llegada al país destino.
Todo esto se deriva de algunos factores, como puede ser la inseguridad que tenemos en nuestro país o las nuevas tecnologías de comunicación instantánea, que hacen que los papás se vuelvan más aprensivos y los hijos más desprendidos.
¿Cómo era hace unos años la dinámica Padre-Hijo?
Hace años un niño podía salir a jugar a la calle, se hacía amigos de los vecinos de su edad y los papás podían dejar que sus hijos estuvieran solos jugando con otros niños en su colonia siempre y cuando regresaran antes de las 8 pm.
También podían ir a jugar a casas de algún amigo(a) simplemente porque eran “compañeros de la escuela” sin necesidad de tener que investigar a la familia, o incluso si viajaban al extranjero para aprender un segundo idioma; los papás se comunicaban por carta de correo postal y por teléfono de casa donde se les marcaba a sus hijos una vez a la semana o cada quince días.
¿Cómo es ahora?
Hoy en día las cosas han cambiado. los padres han modificado la manera de supervisar a sus hijos; a un grado que se ha desarrollado un sentimiento aprensivo con la necesidad de saber o supervisar todo lo que hacen en tiempo real. (Su ubicación, sus amistades, las fotos que reciben o mandan a sus amigos, sus comentarios en Facebook); llegando a causar una necesidad de tener a los hijos “bajo control”
Por otra parte, los hijos han desarrollado un deseo a no ser observados y se inclinan hacia una tendencia a querer sentirse libres, anhelan viajar, conocer el mundo, trabajar en el extranjero y decidir lo que desean o no compartir con sus papás.
¿Cómo afecta esta dinámica en los viajes de estudiosde los adolescentes?
Esta lucha de la información instantánea genera un stress todavía mayor de lo que en años anteriores tenían los papás al momento de una separación. Los padres tienen una necesidad por saber de manera instantánea en dónde y qué está haciendo su hijo (a) combinado a querer tener un control total sobre el resultado del viaje.
Sin embargo en un viaje no se tiene control total, puede haber pequeñas “situaciones” que hacen que cada viaje sea diferente y que la experiencia sea diferente; sobre todo son esos esas “pequeños situaciones” los que los hace crecer como personas y madurar.
Algunas recomendaciones si envías a tu hijo(a) al Extranjero.
- Recuerda que los valores inculcados en la familia no se cambian en un viaje. Es cierto que se enfrentarán a estilos de vida o costumbres diferentes, pero valores bien afianzados no se tambalean en un viaje al contrario.
- Su hospedaje en Familia anfitriona no será como a su casa en México: Posiblemente no será la casa igual de bonita o grande que su casa en México, ni la familia cocinará igual de rico que se cocina en casa. Dale la oportunidad de valorar y aprender a adaptarse.
- Anímalo a que termine su programa con éxito Cuando se viaja al extranjero se extraña mucho, Los papás son una influencia muy grande entre regresarlo antes de tiempo o que termine su programa.
- Si lo dejaste ir, disfruta su experiencia. Muchas veces los papás se unen a sus hijos cuando ellos están lejos, disfruta sus anécdotas, sus retos. Recomendamos que en lugar de extrañarlos mejor aproveches ese tiempo libre que tendrás para hacer o aprender cosas diferentes. Cuando regrese le darás una agradable sorpresa.
Soltar un hijo para que estudie en el extranjero puede ser difícil y parte el corazón a los papás, sin embargo es abrirle las puertas hacia nuevas oportunidades, se afianza el carácter, les aumenta la seguridad en ellos mismos y aprenden a desarrollar nuevas habilidades que no harían en casa.
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